El racismo no solo lo perpetran personas, sino que es también estructural
El racismo estructural se refiere a la forma en que las instituciones y sistemas de una sociedad perpetúan la desigualdad racial a través de
políticas, prácticas y normas que benefician a ciertos grupos raciales sobre otros. No es solo el resultado de prejuicios individuales,
sino que está arraigado en la estructura misma de la sociedad.
Aquí hay algunos ejemplos de racismo estructural:
En el ámbito de la justicia:
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Brutalidad policial y perfilamiento racial:
Las personas negras y otras minorías raciales tienen más probabilidades de ser detenidas, sometidas a fuerza
excesiva y asesinadas por la policía en comparación con las personas blancas, como se ha visto en casos como el de George Floyd.
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Sesgos en el sistema de justicia penal:
Las personas racializadas tienen más probabilidades de ser condenadas y sentenciadas a penas más severas que
las personas blancas por delitos similares.
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Control policial y redadas:
Las redadas masivas y los controles policiales sobre personas de ciertos grupos étnicos o raciales, que se dan en
contextos de inmigración o deportación, son ejemplos de racismo estructural.
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Discriminación en la vivienda:
Las personas racializadas pueden enfrentar rechazo al alquilar o comprar una propiedad, o recibir un mantenimiento
deficiente en comparación con las personas blancas.
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Segregación residencial:
La historia y las políticas de segregación han creado patrones de asentamiento que mantienen a las personas
racializadas en barrios con menos recursos y oportunidades.
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Desigualdades en el acceso a la educación:
Las escuelas en áreas con alta concentración de población racializada a menudo carecen de recursos y financiación
adecuada, lo que afecta la calidad de la educación y las oportunidades de sus estudiantes.
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Sesgos en el currículo escolar:
Los libros de texto y los materiales educativos pueden minimizar o incluso excluir la historia y las contribuciones
de las personas racializadas, perpetuando estereotipos y sesgos.
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Discriminación laboral:
Las personas racializadas pueden enfrentar dificultades para encontrar empleo, ascender o recibir el mismo salario
que sus colegas blancos, incluso con calificaciones similares.
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Barreras en el acceso a oportunidades:
La falta de redes de contacto y las prácticas de contratación sesgadas pueden limitar las oportunidades de promoción
y desarrollo profesional para las personas racializadas.
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Acceso desigual a la atención médica:
Las personas racializadas pueden tener dificultades para acceder a servicios de salud de calidad, debido a factores
como la falta de seguro médico, la falta de proveedores de atención médica culturalmente competentes o la falta de transporte.
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Sesgos en la atención médica:
Los profesionales de la salud pueden tener prejuicios inconscientes que afectan el diagnóstico y el tratamiento de las
personas racializadas.
En la representación mediática:
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Estereotipos negativos:
Los medios de comunicación a menudo perpetúan estereotipos negativos sobre las personas racializadas, lo que puede
afectar la percepción pública y la forma en que se les trata.
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Falta de representación:
La ausencia de personas racializadas en roles de liderazgo y en la toma de decisiones en los medios puede contribuir a
la falta de diversidad y a la perpetuación de sesgos.